BIOGRAFÍA
Nombre competo:
Irma Yolanda Chavajay Alemán de 35 años de
edad, originaria del Municipio de San Pablo Jocopilas, Departamento de
Suchitepéquez. casada, de profesión Secretaria Bilingüe, estudiante del primer
semestre de la carrera de Derecho de la Universidad Rural de Guatemala .
Historia del libro
La historia del libro
se debe a una serie de innovaciones tecnológicas que han permitido, con el paso
de los siglos, mejorar la calidad de conservación de los textos y el acceso a
la información, mejorando también la manejabilidad y el coste de producción.
Está íntimamente ligada a las contingencias políticas y económicas, así como a
la historia de las ideas y de las religiones.
La producción de libros en Europa crecía desde 500 hasta 1800 por el
factor de más de 70.000.1 El evento
clave era la invención de la imprenta por Gutenberg en el siglo
xv.
Un libro (del latín liber, libri, ‘membrana’ o ‘corteza de árbol’) es una
obra impresa, manuscrita o pintada en una
serie de hojas de papel, pergamino, vitela u otro
material, unidas por un lado (es decir, encuadernadas) y
protegidas con tapas, también llamadas cubiertas. Un libro puede tratar sobre
cualquier tema.
Desde los orígenes,la
humanidad ha tenido que hacer frente a una cuestión fundamental: la forma de
preservar y transmitir su cultura, es decir, sus creencias y conocimientos,
tanto en el espacio como en el tiempo.
El planteamiento de esta
cuestión supone: por un lado, determinar la forma de garantizar la integridad
intelectual del contenido de la obra y la conservación del soporte en el que
fue plasmada, y por otro, encontrar el medio por el cual se mantendrá
inalterada la intención o finalidad para la cual se concibió.
Los orígenes de la historia del libro se remontan
a las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros antepasados, la pintura rupestre del hombre del paleolítico. Con un
simbolismo, posiblemente cargado de significados mágicos, estas pinturas
muestran animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del
hombre antiguo, que trataba de dominar las fuerzas adversas de la naturaleza capturando
su esencia mediante su representación. Son el más antiguo precedente de los
primeros documentos impresos de que se tiene memoria
Con el advenimiento de la
imprenta, se inicia la época de expansión bibliográfica, de la modernidad y del
pensamiento crítico, facilitado en la actualidad con el acceso a la información
en otro tipo de fuentes, tales como periódicos, revistas, Internet, etc. No
obstante, el valor del libro es perdurable a través del tiempo.
Orígenes y
antigüedad
Primeros
soportes
La piedra fue el
soporte más antiguo de escritura que ha llegado hasta nuestros días; pero la madera sería
realmente el verdadero soporte del libro. Las palabras biblos y liber
tienen, como primera definición, corteza interior de un árbol. En chino
el ideograma del libro son las imágenes en tablas de bambú.
Después se encontraron unas
tablillas de arcilla utilizadas
en Mesopotamia en el iii milenio a. C. El stilus2 , un
instrumento en forma de triángulo, servía para imprimir los caracteres en la
arcilla antes de ser cocida. Fue la escritura utilizada por los asirios y por los sumerios, una
escritura en forma de cuña, de ahí su nombre: escritura cuneiforme. Las
tablillas se cocían después para que quedaran solidificadas.
En Nínive fueron
encontradas 22.000 tablillas del siglo vii a. C., era la
biblioteca de los reyes de Asiria que
disponían de talleres de copistas y lugares idóneos para su conservación. Esto
supone que había una organización en torno al libro, un estudio sobre su
conservación, clasificación, etc.
En China, en el segundo milenio a. C., los libros
se hacían con láminas de bambú unidas con
cuerdas,3 pero
posteriormente, la seda fue también
utilizada como soporte de la escritura. Se escribía con la ayuda de pinceles.
Diferentes soportes fueron utilizados a lo largo de los años: hueso, bronce, cerámica,
escamas etc. En la India, por
ejemplo, se utilizaban hojas de palma seca. Todos los materiales que permiten
conservar y transmitir un texto son, por tanto, adecuados para llegar a
convertirse en un libro. En este caso, el cuerpo humano podría considerarse,
también, como un libro, por medio del tatuaje. Si se
admite que la memoria humana se desarrolla o se transforma con la aparición de
la escritura, no es absurdo pensar que esta facultad convierte al hombre en un
libro viviente (esta idea fue desarrollada por Ray
Bradbury en su novela El hombre ilustrado, y Peter
Greenaway en su obra The
Pillow Book).
El papiro
Papiro
egipcio.
En el Antiguo
Egipto, las tablillas de madera o marfil del iv milenio a. C., fueron
reemplazadas por los volumina (plural de volumen), rollos de papiro, escritos
con tinta, más ligeros y más fáciles de transportar. El más antiguo soporte de papiro
que ha llegado a nuestros días, aunque no tiene nada escrito, se descubrió en
la tumba de Hemaka, de la Primera Dinastía de Egipto, de
alrededor del 3035 a. C.3
Los papiros fueron los
principales soportes de la escritura en las culturas mediterráneas de la antigüedad, tanto en Egipto, como en Grecia y Roma.
Elaboración
y uso del papiro
El papiro consistía en partes
del tallo de la planta del mismo nombre, machacadas con martillos y unidas
entre sí por medio de golpes, estando las fibras húmedas. Se hacían con más de
una capa de fibras, alternando su sentido para darles así mayor resistencia, es
decir, se colocaba una horizontal y otra vertical. Esto lo diferencia del
papel, cuyas fibras son hervidas o cocinadas. Se escribía en ellos con un cálamo (tallo de una caña cortado
oblicuamente) o utilizando plumas de aves. La escritura de los escribas egipcios se
denomina «hierática» o
escritura «sacerdotal» que, a diferencia de la escritura jeroglífica, dispone de
signos más simplificados, más adaptados a la escritura manuscrita (los
jeroglíficos solían grabarse en madera o muros de piedra).
Precedente
del libro: el rollo de papiro o volumen
Los rollos de papiro,
resultado del encolado de varias hojas, se envolvían en un cilindro de madera,
enrollándolos. Algunos sobrepasan los cuarenta metros (crónica del reinado de Ramsés
III). Se desenrollaban horizontalmente; el texto está escrito por una sola
cara y dispuesto en columnas. El título se indica por medio de una etiqueta
atada al cilindro. Los rollos en papiro que se conocen provienen de tumbas en
las que se depositaban, con plegarias y textos sagrados, como el Libro de los muertos, datados de
principios del ii milenio a. C.
Estos ejemplares muestran que
el desarrollo del libro, bajo su aspecto material y en su apariencia exterior
procede de un contenido estructurado por los valores religiosos (relatos
mitológicos y creencia en el más allá), simbólicos (textos mágicos), políticos
(textos de carácter histórico), económicos (listados de impuestos, donaciones y
ofrendas), didácticos (enseñanzas), éticos (máximas y textos sapienciales), o
literarios (poemas y cuentos). La influencia particular dada a la escritura
esta motivada por la búsqueda de medios para conservar y transmitir los valores
culturales.
El pergamino
Progresivamente el pergamino
fue sustituyendo al papiro. La leyenda atribuye su invención a Eumenes
III, rey de Pérgamo, de donde
procedería el nombre de pergamineum que derivó en pergamino. Su
producción empezó hacia el siglo iii a. C. Conseguido
a partir de la piel de los animales (cordero, vaca, asno, antílope, etc.) podía
conservarse, por más tiempo, en mejores condiciones; más sólido, permitía,
asimismo, el borrado del texto. Era un soporte muy caro dada la materia
empleada así como el tiempo de su preparación.
Los cilindros de papiro se
llaman volumen en latín, palabra que significa movimiento circular,
enrollamiento, espiral, torbellino, revolución, en fin, rollo de hojas
escritas, manuscrito enrollado, libro. Los romanos utilizaban también tablas de
madera untadas con cera en las que se podía imprimir y borrar los signos con la
ayuda de un estilete (que tenía una extremidad acabada en punta y la otra
redondeada). Estas tablas podían estar unidas de manera similar a las de los códices. Servían,
por ejemplo, para enseñar a escribir a los niños (según los métodos descritos
por Quintiliano en sus Instituciones
Oratorias).
Descripción
El volumen es enrollado
alrededor de unos cilindros de madera. No permite más que un uso secuencial: se
está obligado a leer el texto siguiendo el orden en el que ha sido escrito, es
difícil poner una referencia para acceder, directamente, a una parte
determinada del texto. Los únicos volúmenes que en la actualidad se siguen
utilizando son los del Torá, en las
sinagogas.
Difusión y
conservación del libro en Grecia
No se tienen muchas
referencias acerca de los libros concernientes a la Grecia clásica. Algunos
vasos del siglo v a. C. y del siglo vi a. C. representan
unos volumina. No existía, sin duda, el comercio con el libro, pero
existían algunos lugares dedicados a la venta de los mismos. La difusión, la
conservación y la reflexión sobre la catalogación del libro y la crítica
literaria se desarrollaron durante la época helenística con la creación de grandes
bibliotecas, que respondían al deseo enciclopédico que se puede encontrar, por
ejemplo, en el afán de Aristóteles y que
respondían también, sin duda, a razones de prestigio político:
- en Alejandría, biblioteca creada por Ptolomeo I Sóter y constituida por Demetrio de Falero. Llegó a contener 500.000 volúmenes (en la parte del Museion) y 40.000 en el templo de Serapio (Sérapeion). El Museion fue destruido parcialmente en el 47 a. C. (ver Biblioteca de Alejandría).
- en Pérgamo, la biblioteca fundada por Átalo I, contenía 200.000 volúmenes que fueron llevados al Serapeo por Marco Antonio y Cleopatra tras la destrucción de la biblioteca de Pérgamo. El Serapeo fue destruido, en parte, poco después, 391 por los cristianos y los últimos libros desaparecieron en 641 con la conquista árabe.
- en Atenas, el Ptolemaion fue la que tuvo más relevancia tras la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Importantes fueron también la Biblioteca de Panteno, hacia el 100; y la biblioteca de Adriano, en 132.
- en Rodas, se creó una biblioteca que intentó rivalizar con la de Alejandría.
- en Antioquia hubo una biblioteca pública de la que Euforión de Calcis fue director hasta finales del siglo iii.
Las bibliotecas tenían sus
propios talleres de copistas y la organización general de los libros aseguraba
los trabajos siguientes:
- Conservación de un ejemplar de cada libro
- Traducción (Biblia de los Septantes, por ejemplo)
- Crítica literaria para catalogar los textos de referencia para su copia, como por ejemplo la Ilíada y la Odisea
- Constitución de catálogos de libros
- La propia copia que permitía la difusión de los libros.
El
desarrollo de la edición en Roma
La edición de un libro se
desarrolló en Roma en el siglo i a. C., con la
literatura latina influenciada por el helenismo. Esta difusión concierne,
especialmente, al círculo literario. Ático fue, por ejemplo, el editor
de Cicerón. Pero el
comercio del libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio
romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del Imperio
que implicó la imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos (España, África, etc.)
Las bibliotecas eran privadas
o bien eran creadas por algunos particulares. Julio
César quiso crear una biblioteca en Roma. Una biblioteca era, ya por
entonces, un instrumento de prestigio político.
En el año 377 existían en
Roma 28 bibliotecas, así como existían muchas pequeñas bibliotecas en otras
ciudades. Pese a esta gran difusión del libro no se tiene una idea exacta de la
actividad literaria de la época, dado que millares de libros se perdieron.
Edad Media
Finalizando la Edad Antigua entre los siglos ii y iii, y ya en la
Edad
Media, el códice sustituyó
al volumen. El libro
ya no era un rollo continuo, sino un conjunto de hojas cosidas, con lo que el
libro o códice adquirió el aspecto rectangular, útil para tomar notas o
escribir mientras se leía. El formato de los códices fue mejorando con la
separación que conocemos hoy. Desde ese momento fue posible acceder
directamente a un punto preciso del texto. El códice resultaba más manejable,
podía ponerse sobre una mesa, facilitando de esta forma que el lector pudiera
tener la visión de las palabras, las mayúsculas y la puntuación, lo que
permitía una lectura silenciosa; posteriormente se añadieron las tablas de las
materias y los índices, que facilitaron el acceso directo a la información
requerida. Fue éste un formato tan eficaz que todavía se utiliza hoy, después
de más de 1.500 años de su aparición.
El papel reemplazó,
progresivamente, al pergamino. Una materia más barata que permitió una difusión
más amplia del libro.
El libro en
los monasterios
En el 304
innumerables libros cristianos fueron destruidos por orden de Diocleciano. Durante
los períodos convulsos de las invasiones, los monasterios pudieron conservar,
para Occidente, textos
religiosos y algunas obras de la antigüedad. Asimismo, Bizancio dispuso de
importantes centros de copia.
El papel que jugaron los
monasterios en la conservación de los libros es bastante ambiguo:
- la lectura era una actividad importante en la vida religiosa, su tiempo se dividía en plegarias, trabajo intelectual y trabajo manual (en la orden de los benedictinos), por ejemplo. Era necesario hacer copias de determinadas obras. Había, pues, unas scriptoria (plural de scriptorium) en muchos monasterios en los que se copiaban y decoraban los manuscritos que se guardaban en armarios.
El siguiente párrafo necesita
de fuentes confirmatorias.
- pero, contrariamente a lo que se cree, la conservación de los libros no tenía siempre, como finalidad, la preservación de la antigua cultura, sino la de entender los textos religiosos con la ayuda de la antigua sabiduría[cita requerida]. Algunas obras no fueron copiadas porque los monjes consideraron que eran muy peligrosas.[cita requerida] Por otra parte, y por necesidades de uso, los monjes reutilizaban raspando los viejos manuscritos, destruyendo así obras muy antiguas.[cita requerida] La transmisión del conocimiento estaba centrada, sobre todo, en los textos sagrados.[cita requerida]
Copia y
conservación de los libros
Pese a esta ambigüedad, hay
que reconocer que los monasterios, tanto en Occidente como en el Imperio Oriental fueron los custodios de
muchas obras profanas de las bibliotecas creadas por Cassiodoro (Vivarium,
en Calabria, hacia 550), o por Constantino en Constantinopla. Había, por
tanto, muchas bibliotecas, pero la supervivencia de los libros dependía, a
menudo, de las luchas políticas e ideológicas, que conllevaban, con frecuencia,
las destrucciones masivas o los daños incalculables de las ediciones
(dispersión de los libros, por ejemplo) durante las disputas iconoclastas ocurridas
entre 730 y 840.
Transformación
de la edición del libro en el siglo
XII
La transformación de las
ciudades en Europa cambió,
asimismo, las condiciones de la producción de los libros que ampliaron su
difusión, poniendo fin al periodo monástico del libro. Estos cambios vinieron
acompañados por la renovación intelectual de la época. En torno a las primeras
universidades se desarrollaron las nuevas estructuras de producción: los
manuscritos de consulta servían tanto para los estudiantes como para los
profesores que enseñaban teología o artes liberales. El desarrollo del comercio
y de la burguesía suponían, de igual modo, una demanda de textos
especializados, o no (derecho, historia, novelas, etc.); y es en esta época
cuando empiezan a desarrollarse los escritos en lengua vulgar (poesía
cortesana, novelas románticas, etc.) El cometido del editor era, en
consecuencia, cada vez más importante.
Se crearon entonces varias
bibliotecas reales: como la de San Luis o la de Carlos V. También se coleccionaban
libros en las bibliotecas privadas que adquirieron gran auge en los siglos xiv y xv.
Es precisamente en el siglo xiv cuando se
difunde por Europa la
utilización del papel. Este soporte, menos caro que el pergamino, procedía de China y llegó a
Europa por intermedio de la cultura árabe (siglos xi y xii en España). Se
utilizó, sobre todo, para las ediciones económicas, mientras que el pergamino
servía para las ediciones de lujo.
El libro en Oriente
El libro (de hueso, escamas,
madera o seda) ya existía en China desde el ii milenio a. C.. Se conoce El libro de seda con temas astronómicos
escrito para el 400 AC. El papel fue inventado hacia el siglo i. El
descubrimiento del empleo de la morera se atribuye a Ts’ai Louen, pero es
posible que su utilización fuera más antigua. Se reproducían los textos con la
ayuda de unos sellos grabados en relieve. En el siglo xi, un herrero, Pi Cheng,
inventó los caracteres móviles, pero esta técnica no se empleó mucho quizá
porque, a causa de la tinta empleada, los grabados no tenían muy buena calidad.
Los Uigur, pueblo del
Turquestán utilizaban,
también, esta técnica.
Descripción
Se conocen muchos y diferentes
formatos de libros en China: los libros
en rollo, grabados en madera, los libros giratorios, encolado de hojas en
serie, y los libros mariposa.
Cultura
islámica
En el siglo viii los árabes
aprendieron a fabricar el papel tal y como lo hacían los chinos y lo dieron a
conocer en Europa. Los
musulmanes crearon unas impresionantes bibliotecas, dignas de su gran cultura. Son ellos, precisamente, los
que transmitieron una parte importante de las obras griegas a Europa. Sirve
como ejemplo el redescubrimiento de las obras de Aristóteles comentadas por el filósofo persa Avicena,
descubrimiento que dio lugar a enconadas disputas entre Tomás
de Aquino y Siger
de Brabant.
Época
Moderna
Página de la Biblia de Gutenberg.
Lo que la pólvora ha hecho por
la guerra, la imprenta lo ha hecho por la mente
La elaboración de las técnicas
de impresión por parte
de Gutenberg hacia 1440 dio paso a
la entrada del libro en la era industrial. El libro ya no era un objeto único,
escrito o reproducido de acuerdo con la demanda. La edición de un libro
requiere de toda una empresa, capital para su realización, y un mercado para su
difusión. Por consiguiente, el coste de cada ejemplar baja considerablemente lo
que, a su vez, aumenta notablemente su expansión.
El libro en forma de códice e
impreso en papel, tal y como lo conocemos actualmente, aparece, por tanto, a
finales del siglo xv. A los libros impresos antes
del 1 de enero de 1501 se les llama incunables.
Época
contemporánea
La introducción de las prensas
para imprimir utilizando el vapor, llevaron la revolución industrial a la
producción de libros, poco después de 1820, así como
los nuevos molinos de papel funcionando también a vapor, constituyeron las
innovaciones más importantes después del siglo xv. Ambas hicieron bajar,
notablemente, los precios de los libros a la vez que aumentaban su tiraje.
Muchos elementos bibliográficos, como la posición y formulación de los títulos
y de los subtítulos se vieron afectados, también, por esta nueva producción en
serie.
En 1886 Ottmar Mergenthaler
inventa la linotipia, que
mecaniza el proceso de composición de un texto para ser impreso.
Después del siglo xix aparecieron
nuevos tipos de documentos: fotografía, registros
sonoros, cine, etc.
La ruptura se produjo en los
años 1990. La
generalización de los códigos numéricos multimedia, que codifica de una manera
única y simple (0 ó 1) los textos, las imágenes fijas, las imágenes animadas, y
los sonidos es una invención, sin duda, tan considerable como la de la
escritura. El hipertexto mejoró, de
forma notable, el acceso a la información. Por último, Internet hizo bajar
los costes de producción y de difusión, como lo hizo la impresión a finales de
la Edad
Media.
Partes del
libro
- Sobrecubierta: No todos los libros la tienen, pero es relativamente frecuente.
- Cubierta: se llama también "pasta" es consistente. Constituye el aspecto externo del libro y se extienden por la cubierta, lomo y la contracubierta.
- Lomo: es donde se imprimen los datos de título, número o tomo de una colección, el autor, logotipo de la editorial, etc.
- Guardas: hojas que unen las tapas con el resto del libro.
- Anteportada o portadilla: va antes de la portada y se pone el título.
- Contraportada: Página par posterior a la portadilla, generalmente blanca.
- Portada: se indican los datos del libro.
- Página de derechos de propiedad o de créditos: Reverso de la portada. Es la página de propiedad literaria o copyright, editor, fechas de las ediciones del libro, reimpresiones, depósito legal, título en original si es una traducción, créditos de diseño, etc.
- Hojas de cortesía o de respeto: folios en blanco que se colocan al principio y al final del libro.
- Cuerpo de la obra: conjunto de hojas que constituyen el texto del libro.
- Página: Cada una de las hojas con anverso y reverso numerados.
- Cita
- Dedicatoria (Texto con el cual el autor dedica la obra, se suele colocar en el anverso de la hoja que sigue a la portada. No confundir con dedicatoria autógrafa del autor que es cuando el autor, de su puño y letra, dedica la obra a una persona concreta.)
- Paratexto
- Epígrafe
- Prólogo o introducción: Es el texto previo al cuerpo literario de la obra.
- Índice: es una lista ordenada que muestra los capítulos, artículos materias u otros elementos del libro, etc.
- Prefacio = Avant-propos
- Preámbulo
- Presentación
- Capítulo
- Bibliografía
- Colofón
- Epílogo
- Biografía: En algunos libros se suele agregar una página con la biografía del autor o ilustrador de la obra.
Tipos de
libros
De acuerdo con el contenido
los libros se pueden clasificar en:
- Científicos
- Literatura y lingüísticos
- De viaje
- Biografías
- Libro de texto
- Libros de gran formato (Coffee Table Book)
- De referencia o consulta
- Monografías
- Recreativos
- Instructivos
- Poéticos
Día del libro, 23 de abril
La celebración del día del libro se remonta a principios de siglo. La historia del libro se hace festiva y
surgen actividades literarias en
toda España. Hoy, el día 23 de Abril se celebra en todo el mundo, el día del
libro internacional.
El Origen del día del libro se
remonta a 1926. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes y Shakespeare.
También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes
como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo.
Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la
escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje
mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más
jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable
contribución de los creadores al progreso social y cultural.
La idea
original de la celebración del Día
del Libro partió de Cataluña, del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés,
proponiéndola a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona en 1923 y aprobada por
el rey Alfonso XIII de España en 1926. El 7 de Octubre de 1926 fue el primer
Día del Libro, poco después, en 1930, se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como Día del Libro, donde
este día coincide con Sant Jordi - San Jorge, patrón
de Alemania, Aragón, Bulgaria, Cataluña, Etiopía, Georgia, Grecia, Inglaterra,
Líbano, Lituania, Países Bajos, Portugal, Eslovenia y México, y es tradicional
que los enamorados y personas queridas
se intercambien una rosa y un libro.
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